
lenta mi aguja no se detiene
un ángel me tiembla el pulso
mientras recoge la sangre
que deletrea mi nombre
Desde lo alto un estuario
me piensa con mis pensamiento
me juega con rostros extraños
cuencos rotos que buscan su ser
develadores de ayeres y mañanas
En este mi eterno hoy
¿Recordaré en ese andar de agua
esa huella bordada en días pasajeros
y el nombre escrito con sangre?
1 comentario:
Hola Esther:
Muy buena como siempre tu poesía y tu narrativa!!!!!
Avanti Esther!!!!!!
Carños Jóse
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